El juicio estético no depende de un interés distinto a la propia contemplación del objeto, así se distingue lo bello de lo bueno, el juicio estético no aporta conocimiento del objeto, es decir a través de lo que llamamos el juicio lógico, del entendimiento analizado en la crítica de la razón pura. El juicio estético reposa de tal manera en fundamentos a priori y un juicio tal es puro únicamente en la medida en que ninguna complacencia meramente empírica se mezcle al fundamento de la determinación del mismo.
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